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LA PRODUCCIÓN DE ENERGÍA ELÉCTRICA Y LAS MANUFACTURAS CONSOLIDAN LA RECUPERACIÓN DEL SECTOR

La industria vasca cerró 2019 con una nota más que aceptable en términos generales a pesar de la desaceleración económica y de que las diferentes actividades del sector tuvieron un comportamiento heterogéneo. La producción industrial repuntó un 1,3% en el conjunto del año pasado en la CAV, lo que supone casi un punto menos que en 2018 y sitúa el resultado final muy por debajo de la media del 3,1% registrada desde el inicio de la recuperación en 2014.

La producción de energía, básicamente localizada en Bizkaia, y las industrias manufactureras vizcainas y guipuzcoanas, fueron la base de la progresión. Araba fue de hecho el único territorio que retrocedió, según el Índice de Producción Industrial (IPI) hecho público ayer por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat. La industria alavesa acumula dos años de caídas, una circunstancia muy ligada al peso en su economía de Mercedes y Michelín, dos gigantes del automóvil cuya actividad se ve condicionada por los problemas del sector a nivel mundial.

 

La nueva fase de la economía ha generado un desajuste sectorial y territorial en Euskadi, con desequilibrios en los ritmos que contrastan con el alineamiento registrado en 2017, que marcó el punto álgido de la fase expansiva. Sin embargo, el balance global del año pasado fue de nuevo positivo y el hecho de que uno de los principales motores del tejido empresarial vasco continúe carburando aleja el temor que pudiera haber un cambio abrupto de ciclo.

Los aspectos que están frenando la economía -la guerra comercial, la incertidumbre en torno al Brexit o la crisis generada en la automoción por los cambios regulatorios de las emisiones de CO2- afectan directamente al sector transformador por su exposición a los mercados internacionales. Ese lastre se notó mes a mes el año pasado en la producción de las fábricas de Euskadi, pero la situación mejoró notablemente tras el verano y sobre todo en noviembre y diciembre, dos meses en los que el sector repuntó en torno a un 4% interanual. Gracias a esa tendencia final, el último mes del año tuvo signo positivo en los tres territorios, ya que en Araba subió un 10,6%, Bizkaia, un 3,1% y Gipuzkoa, un 1,8%. En los datos se percibe la asincronía que ha marcado el año.

FUENTE: DEIA